jueves, febrero 02, 2012

30 días en Cleta

Quería hacer un juego de palabras con el título de la película de Zooey Deschanel y Joseph Gordon-Levitt, pero me dio flojera y mejor lo dejo así (tampoco iba a salir muy chistoso que digamos).

Partamos por lo básico. Santiago es caluroso y su sistema de transporte es, siendo educado, una soberana mierda (lugar común número 1). Tampoco pienso divagar mucho sobre eso, porque no vengo a vender odio sobre el transporte público sino amor hacia la bicicleta.

Moverse en Concepción en bicicleta no es complicado, las veredas de calles como Los Carrera y Paicaví permiten perfectamente moverse con facilidad dentro de la ciudad, sin embargo salir hacia otra comuna como Talcahuano puede ser tan azaroso para tu seguridad como viajar en Tur-Bus (lugar común número 2). Es más ir desde Conce a Thno te obliga a hacerlo por la Autopista y por ende a tratar de no morir a la altura del Mall o por  la Avenida Colón y tratar de no morir a la altura de la Vega Monumental.

Conclusión: Para andar en bici intercomunalmente en el Gran Concepción de forma regular hay que ser o doble de acción o repartidor de gas en triciclo.

Yo desde que llegué a Santiago que quise dejar de andar en Metro y Transantiago, así que primero me decidí empezar a caminar después de salir del trabajo y por un momento funcionó porque me ayudaba a arrancar del odiado apretujamiento de los buses. Sin embargo todo esto mejoró cuando me regalaron una bicicleta.

Así que acá les entrego mis impresiones sobre mis primeros días sobre la bici, a la cual nombre cariñosamente como Sombragrís.

Ciclovías: Tengo la fortuna de que el recorrido que hago tiene en su totalidad cerca de un 90 % con ciclovías. Es cierto que durante algunos sectores estas cambian hacia las veredas norte o sur de algunas calles, pero es una molestia menor que se puede sobrellevar. El camino es casi derecho y la parte que puede ser considerada más peligrosa (ciclovía de la calle Santa Isabel) solo recorro un pequeña parte de ella.

Gente: Salir a una hora regular hace que te topes con otra gente que igualmente sale a la misma hora. Así ya se hacen conocidos la niña colorina que me adelanta siempre al final ciclovía de la calle Marín, el viejo con terno que viene de frente sobre una de las bicicletas de arriendo de la comuna de Providencia y el ejecutivo joven con su cool bicicleta portatil desarmable son parte del viaje matutino y que te van sirviendo como checkpoint para saber que vas a buena hora. 

Biker Pro: De igual forma como existe ese apestoso chofer automovilístico que anda a los frenazos en los semáforos y que te trata de adelantar en lugares donde no se puede, existe también su versión bicicletera la cual desgraciadamente no es muy distinta. Lo puedes distinguir porque anda completamente accesoriado (accesorios que tu igual quieres) y de igual forma tratará de adelantarse en las esperas de las esquinas de los semáforos y salpicarte con agua en las ciclovías regadas (esto lo explico a continuación).

Personal de Ornato Municipal: Generalmente riegan en las mañanas las áreas verdes las cuales generalmente se encuentran al lado de las ciclovías y generalmente siempre terminan regando más las ciclovías que el pasto mismo. El problema es que los días que uno anda con camisa blanca queda salpicado y obviamente eso arruina  el aspecto que tan pulcramente uno prepara durante horas en la mañana. Esto es por alegar  no más, la solución es tan simple comprar un tapabarros para la rueda trasera.

Sácate la Corbata: Punto para el Ministro George Constanza ya que si bien no trabajo con corbata se puede notar inmediatamente que pedalear con una polera no es lo mismo que hacerlo con una camisa. De igual forma hacerlo con una camisa gruesa no es lo mismo que hacerlo con una delgada y que este fuera del pantalón. Así que obviamente para ahorrar energía corporal y llegar menos acalorado al trabajo es mejor vestir ligeramente.

Tiempo: Me demoro en promedio 27 minutos en el recorrido departamento-trabajo e incluso en la vuelta un poco menos. Ni en metro, ni en taxi ni menos en bus lograría un tiempo menor.

Dinero: Ahorré $27.000 en pasajes este mes. Más dinero para comics y cervezas y eso es a veces todo lo que un hombre sencillo puede pedir en la vida.