sábado, mayo 21, 2011

La Protesta

Es difícil tratar de encajar la palabra pacífica al lado de la palabra protesta. Si de algo podríamos apostar a ojos cerrados es que después de cada manifestación importante siempre habrá rosca. Y este a sido por años la gran excusa de la gente que ve con malos ojos esta manera de protestar y de demostrar su descontento frente al status quo o al descontento del momento.

Recuerdo que fue en octavo básico mi primera protesta y como todo en esa época las grandes cosas pasaban en la sala de clases. Corría el año 1995 y Francia retomaba las pruebas nucleares en el Atolón de Mururoa. Nosotros, obviamente pendejos jugando a protestar, nos pusimos delante del pizarrón en la clase de Francés y nos encademos entre brazos gritando en contra del Gobierno Francés y lo que entendíamos era incorrecto. No logramos mas que una sonrisa de la profesora y demorar un poco el comienzo de las clases, pero eso fue suficiente para nosostros.

Ayer recordaba mi historial de marchas y protestas, incrementadas notablemente durante mi época universitaria, mientras marchaba desde Plaza Italia a la Moneda protestando por Hidroaysen. Ayer entre desconocidos, en otra ciudad, con algunos gritos nuevos, pero con las mismas banderas de luchas al comienzo de la avanzada.

Resulta interesante el cambio de generación que sale a protestar, indudablemente por el hecho de que yo estoy más viejo, pero también sumado al llamativo hecho de que a esta generación le importa salir, aunque sea por mostrarlo más tarde en Facebook o escribirlo en el momento en Twitter. Resulta grato porque ha sido siempre la apatía lo que mayormente se le critica a cada generación de jóvenes y es esperanzador ver que algo moviliza a la de hoy.

La manifestación de ayer fue importante por el número de personas que se movilizó en el país, porque la gente ya no solo sale por Hidroaysen sino por un sentimiento de malestar general a como se están haciendo las cosas y porque se siente que algo se tiene que cambiar y no se tiene temor a salir a la calle a decirlo.

Es otra generación y esta, para bien o para mal se acostumbra a salir a la calle.