martes, diciembre 07, 2010

Synco

Synco.
Jorge Baradit.
2008
Ediciones B
304 páginas


Recuerdo en alguna visita a Santiago haber visto expuesto en el museo bajo la moneda lo poco y nada que en la actualidad queda del ahora ya mítico proyecto Synco. Recuerdo claramente que la exposición se enmarcaba en una muestra en homenaje a Salvador Allende, en donde se podían ver proyectos emblemáticos de la Unidad Popular, fotografías de sus años en el poder y una sección audiovisual en donde se podía escuchar algunos de los más famosos discursos de Allende, entre ellos aquel dado en la asamblea general de la ONU y aquel último discurso pronunciado en la moneda el fatídico 11 de Septiembre de 1973. La sensación que más recuerdo luego de haber visto esa muestra fue observar el nivel de mitificación que alcazaba la figura de aquel presidente chileno y su sueño de la tercera vía.

Es en esa vía en la cual se mueve Synco. mitificando que hubiese pasado si por extrañas circunstancias, el proyecto que pretendía convertir a las empresas estatales en una red interconectada y coordinada en tiempo real hubiese visto la luz, imaginando que hubiese pasado si Allende, gracias a un extraño gran pacto nacional, hubiese seguido en el poder y si de pronto Chile se hubiese convertido en una potencia cibernética.

Synco relata el viaje de Martina Aguablanca, una chilena radicada en Venezuela, quien viaja de vuelta al país para conocer “el milagro chileno” y entrevistar a personajes como Augusto Pinochet, Fernando Flores, Sergio Onofre Jarpa, Ricardo Lagos, Patricio Alwyn, entre otros con el fin de dilucidar como se consiguió evitar la inminente guerra civil que se encontraba el país los días previos del golpe y tratar de dilucidar como funciona el proyecto Synco.

En es esos momentos, en los cuales esta ucronia con aires steampunk a la chilena se hace entretenida es en donde quizás se encuentra también su mayor debilidad. Porque si bien resulta interesante leer un “What If” con la historia política reciente del país, al ser leída desde el desconocimiento puede también resultar menos interesante e incluso por momentos confusa.

 Entretenido e interesante relato de ciencia ficción con temática chilena, que me recuerdo por varios pasajes la atmósfera de Ciudad de Michael Marshall Smith.


Gracias a Jorge por prestar el libro.

domingo, julio 25, 2010

Jpod

JPOD
Douglas Coupland
2006
Editorial El Aleph
525 páginas


Se trata de los siguiente: en lo que respecta a la ropa, estoy harto de que todo el mundo intente ser diferente de todo el mundo. Al final todo el mundo se compra la ropa en las mismas tiendas del mismo centro comercial. Y tampoco soy tan estúpido como para creer que llevar ropa de segunda mano me convierte en rebelde.


Douglas Coupland es mi escritor favorito y cuando publica algo nuevo siempre me obsesiona el tratar conseguir sus libros lo más rápido posible y sinceramente eso es lo complicado porque Coupland por acá no es publicado de forma regular y por ende lo que llega es importado con el consiguiente aumento de precio. Afortunadamente para mi este libro llego en forma de un lindo regalo. 

En esta novela el autor canadiense hace una especie de secuela de Microsiervos (1999), no de personajes, pero sí de estilo. Se repite en grupo de jóvenes algo apestados con sus trabajo en una multinacional, así como el elemento informático. Ahora a diferencia de las historias de los programadores de Microsoft esta vez se concentra en unos programadores de videojuegos y como les cambia su rutina de trabajo la llegada de su nuevo jefe, un tipo que saltó de salvar a Toblerone (si, los chocolates) de la ruina a convertirse en jefe de una división de videojuegos,

La historia es contada desde el punto de vista de Ethan, el encargado de los efectos especiales de los juegos y alguien que se clasifica como una persona cuyo “mayor desafío es tener trabajo y no hacerlo, lo cual resulta difícil de mantener en una empresa donde la productividad del espacio se mide con todos los sistemas métricos posibles.”

El libro oscila entre el trabajo de Ethan, sus extraños colegas y su complicada relación familiar: su padre un jubilado con sueños de estrella de cine (y cuyo talento le alcanza solo para papeles de extra sin diálogo), su madre quien posee un ordenado negocio de cultivo y venta de marihuana manejado al detalle en niveles de THC y generación de clones. Es interesante ver la relación de necesidad de los padres hacia Ethan a quien llaman constantemente para pedirle los más distintos favores, desde ir a cobrar deudas de droga, esconder amantes casuales y enterrar cuerpos entre otros.

Como todo libro de Coupland posee algunos acercamientos hacia el diseño gráfico, profesión inicial del autor, con algunas locuras tipográficas y largos listados numéricos que también se repetían en Microsiervos.

Entretenido libro de Coupland, con secundarios menos terrenales que en sus libros anteriores, pero no fundamental en su bibliografía, que sin embargo aun sorprende por su capacidad para novelar historias de personajes ahogados en conocimientos y en estilos de vidas sumergidos en cultura popular.


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martes, julio 06, 2010

The Road

The Road
La Carretera.
Dirigida por John Hillcoat.
2009


Pensaba mientras veía The Road que Viggo Mortensen es un tipo serio. Obviamente en una película apocalíptica no hay mucho donde reír, pero recordando anteriores películas de Viggo me costó encontrar alguna donde el tipo sonría largo y tendido. En una historia violenta con suerte una sonrisa nerviosa, en Eastern Promises ni hablar y en las más de diez horas que suma el metraje del Señor de los Anillos solo se ríe cuando ve a los Hobbits mandándose alguna cagada.

En The Road el mundo se acaba de manera poco Hollywoodense, eso quiere decir que no hay escenas de ciudades colapsando por la tragedia de turno, ni tomas panorámicas mostrando como se derrumba la civilización (llámese E.U.A) ya que acá la desolación ya está instalada desde el comienzo del relato y son las edificaciones abandonadas sepultadas en las cenizas de los bosques incendiados (es malo ser un ingeniero forestal después de un cataclismo), los terremotos continuos y la lluvia incesante lo que da el carácter de catástrofe a la historia.

La película funciona como una especie de mochileo apocalíptico de un padre y un hijo a través de la costa este de Estados Unidos en busca del calor del sur, viaje que no está exento de preocupaciones ya que obviamente después de este cataclismo la autoridad es inexistente, no hay comida ni energía (les suena conocido) y la humanidad se ha vuelto caníbal. Durante este viaje es en donde el padre trata de enseñarle a su hijo (nacido post apocalipsis) a sobrevivir, intentando inculcarle de paso los conceptos de bondad y el buen camino mientras lo que queda del mundo se cae a pedazos alrededor de ellos.

Resulta interesante ver como las enseñanzas entregadas por el padre se ven rotas a cada momento cuando la pareja entra en contacto con otras personas, porque seamos sinceros: no es fácil ser buena persona cuando el mundo se esta acabando lentamente. 

Buena actuación de un paranoico Viggo Mortensen en una película basada en un libro de Cormac McCarthy, que cumple como película de ciencia ficción y que como buena adaptación te deja con curiosidad por conocer algo más de la fuente original.

Lo Mejor
Las actuaciones de Viggo Mortensen y de Kodi Smit-McPhee 
El camión a lo Mad Max que aparece.

Lo Peor
Charlize Theron (podría incluso no haber actuado y nadie la hubiese extrañado)




Para Dayanna, que quería leer mi opinión de la película. 
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domingo, junio 13, 2010

La segunda patita de Larraín.

Le preguntan a Cristián Monckeberg, uno de los candidatos a la presidencia de RN, sobre los dichos de su competidor respecto a las relaciones homosexuales. Monckeberg justifica luego de esperar dos segundos y meditar la respuesta que a "veces Larraín suele dar declaraciones algo folclóricas". La respuesta dada con una sonrisa en la cara representa, según mi parecer, todo lo que uno puede llegar a odiar de la derecha y demuestra la poca capacidad de renovación en los supuestos puntos de vista de los candidatos.

Los dichos de Larrain anacrónicos, sesgados y homofóbicos harían caer a cualquier presidente de cualquier organización en el mundo, menos de un partido de derecha, y a Monckeberg en la entrevista le dejan (ocupando alusiones futboleras) la pelota dando bote para hacer un golazo de media cancha y el tipo pierde su oportunidad de mostrarse distante de las declaraciones del Concejal de Vitacura.

Esta elección al igual que varias de las últimas ha tenido el componente político favorito del último tiempo. La supuesta lucha generacional. Supuesta porque si bien Larraín es un tipo viejo, Monckeberg no es tan joven, tiene 42 años de edad, y a pesar de pertenecer anteriormente a la mesa del partido decidió competir o al menos dar la sensación de que lo hacía.

El día de ayer Larraín ganó la reelección y se asegurará la vitrina que da el ser presidente de uno de los partidos de Gobierno y por supuesto nosotros ganaremos con sus declaraciones "folclóricas" y absurdas.

En todo caso no hay mucho que esperar de un partido que vitorea en el centro de votación al ex embajador Otero obligado a renunciar días atrás luego de sus declaraciones marcadamente pinochetistas.

Otra de esas elecciones que podrían usar fácilmente el tagline de una mala película de acción: "Gane quien gane....nosotros perdemos"

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domingo, mayo 16, 2010

Historia de la Clasificación (Sudáfrica 2010)

Historia de la Clasificación -  Sudáfrica 2010
Juan Cristóbal Guarello - Luis Urrutia O'Nell (Chomsky)
2009
Ediciones B - Grupo Z
317 páginas.

Siempre me ha gustado el fútbol, tanto como espectador, como mediocre practicante del mismo y también como lector. La importancia del fútbol en Chile es indiscutible y prueba de eso es que es uno de los pocos temas noticiosos capaces de disputarle los primeros lugares de importancia a noticias de índole política, y a aquellas horribles noticias policiales con las que les gusta comenzar a los noticieros hoy en día.

Por eso leer este libro resulta un caramelo en época pre mundialera. En el, los autores, Guarello y Chomsky, parten relatando el estado de situación que se vivía en Juan Pinto Durán en la época de Nelson Acosta, el escaso respeto por la selección, las acusaciones que caían sobre el calvo entrenador por incentivos en las nominaciones de jugadores y sobre todo sobre por el complicado escenario que se hubiese dado si no hubiese ocurrido el incidente de Puerto Ordaz. Porque una de las cosas que deja en claro el libro es que que Harold Mayne-Nicholls, ya para ese entonces presidente de la ANFP, había dicho que solo una catástrofe podía dejar a Acosta fuera del mando de la selección. 

Y por suerte para los fanáticos (con vergüenza incluida) esa catástrofe ocurrió.

El libro posteriormente pasa a detallar las negociaciones con Bielsa, su llegada a la banca, sus continuos tiras y afloja con la prensa y detalla de a poco el cambio en el estilo de juego de la selección nacional de fútbol que como señala el libro durante años nos tenía acostumbrado al llanero solitario en delantera tratando de luchar solo contra el mundo.

Un libro que en su comienzo aclara que debido a la frescura con la cual fue escrito el libro post clasificación de Chile al mundial no emitirá juicios sino más bien intentará dar su versión, incluso por momentos llegar a ser una transcripción, del proceso clasificatorio. A su vez uno de las grandes ventajas es que no se dedica a enaltecer a Bielsa, como muchos otros libros salidos después de la clasificación, sino que entrega detalles de sus otros procesos como DT y detalle de sus influencias para comprender un poco más al hombre de Rosario.

Al final del libro existe un detalle con los partidos de las clasificatorias, las formaciones, el análisis de Bielsa y de la prensa post partido y el detalle sobre la generación de los goles.

Un buen libro para leer en estos momentos y aplacar un poco la ansiedad pre mundialera que se viene.


Gracias a Andrés por el libro

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miércoles, mayo 05, 2010

Los Hombres de la Transición

Los Hombres de la Transición
Ascanio Cavallo 

Año 1994
Editorial Universitaria.
288 Páginas 


Tras la muerte de Edgardo Boeninger en Septiembre del año pasado, los comentarios y columnas de opinión se centraron en la importancia del militante DC como uno de los hombres clave en establecer la política de los acuerdos. Esta idea de sentarse a conversar y hacer algunas concesiones al régimen, que se anteponía a la visión de algunos sectores de la naciente Concertación de presionar a través de masivas protestas populares para obtener una transición más rápida sin otorgar tantas regalías al gobierno de Pinochet.

Detalles de este periodo se encuentran en este libro publicado en 1994, el cual detalla a través de la descripción personal de hombres como Patricio Alwyn, Ricardo Lagos, Andres Allamand, Sergio Onófre Jarpa, Alejandro Foxley entre otros, las dificultades a las que se vieron enfrentados, post plebiscito del Si y No, tanto hombres de derecha como izquierda para llevar a cabo de buena forma las elecciones presidenciales de 1989. 

El libro a su vez detalla las dificultades para llegar a acuerdo sobre candidatos presidenciales, reformas constitucionales, senadores designados y sistema binominal. Así como la importante labor de alguno de los ministros y subsecretarios del último gabinete de Pinochet para lograr una transición tranquila y lo más alejada posible de los extremismos de algunos sectores conservadores y militarizados de la derecha en esos años.

Resulta interesante leer como algunos procesos políticos, como la elección de candidatos siguen siendo parecidos tras 20 años de vuelta a la democracia y uno se pregunta si la mantención de estas políticas fue una de las razones para la derrota de la Concertación. 

Excelente libro sobre historia política chilena de los últimos años para comprender las maquinarias actuales y entender con un poco más de información uno de los procesos políticos más importantes de los últimos cincuenta años.


Gracias a Rafa por el libro.

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viernes, marzo 05, 2010

Veo

Veo imágenes del centro de Talcahuano recién cuatro días después del terremoto. He escuchado rumores de todo tipo; barcos arriba de edificios, contenedores encallados en la plaza e incluso destrucción total y aun así ninguna imagen mental que me había hecho logra aminorar la emoción y el nudo de la garganta al ver el puerto destruido.

Más tarde al llegar la luz me quedo pegado al televisor viendo el desastre nacional, observando con pena como la televisión santiaguina ya faranduliza el desastre y musicaliza las notas de la gente que quedo sin nada. Observo con algo de temor, que esa extraña sensibilidad televisiva entrenada por años y años de Teletones, llegue a aburrir a los chilenos y desvíe la preocupación de los verdaderos problemas.

Veo el desastre en Constitución, Pelluhue, Dichato, Tumbes y decenas de otros lugares. Veo las imágenes del saqueo y me avergüenzo de mi pueblo. Así como me enorgullece la gente que días después del siniestro abre sus casas con punteras para aminorar aquella necesidad básica que tenía que haber sido resuelto por la autoridad.

Con los horarios cambiados debido a la guardia por los saqueos, trato de dormir de día entre réplicas y como la mayoría de las veces no lo consigo me pongo a pensar en las ciudades destruidas.

Dichato fue la primera ciudad a la que fui de vacaciones solos con mis amigos en esos años cuando aún era coleguial y Pelluhue fue el último al que fuimos ya como universitarios. Hoy ambos están destruidos y en el suelo, ambos con gente clamando por ayuda que llega tarde. La ayuda de verdad, sincera y silenciosa no aquella rimbombante y luminosa que se esconde atrás de la ayuda a la que esta acostumbrada la televisión chilena y que desgraciadamente nos estamos acostumbrando como sociedad.

El terremoto y sus consecuencias vistas desde afuera:

Terremoto en Chile: Las tres plagas de Talcahuano - BBC Mundo
Quedó la escoba - Diario El País.

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