Yo me encerré y no he vuelto a salir.
Cuando dijeron que llovería tres semanas seguidas en Diciembre no me lo creí y me reí de aquellos provisorios. Me reí de la gente corriendo y peleando por las provisiones y me reí de la gente que martillaba improvisadas represas en sus puertas.
Ahora ya no me río.
El teléfono dejo de funcionar, pero eso no importa mucho ya que nadie me había llamado desde hace más de seis meses.
Dejé de reírme en el momento en que el agua comenzó a entrar a mi casa. Deje de reírme y tome lo que más necesitaba (o al menos lo que yo creía) y corrí a encerrarme en el segundo piso.
No se sí el agua se fue o esta cada día mas cerca de mi cama. Lo único que sé es que ya ha pasado más de las tres semanas que predijeron de lluvia y esta aún no cesa.
Ahora casi ni puedo dormir. Debe ser Enero ya y aún sigue lloviendo y yo no he vuelto a salir.
No quiero salir, sé que la comida se me acabarán y que tarde o temprano terminaré sacando las tablas y las cortinas de las ventanas para ver si aún llueve.
Pero no importa, tengo confianza en que alguien se acordará de mi, aunque hace ya mucho que nadie trata de comunicarse conmigo.
Todo se ha vuelto peor y escasean un poco más la comida, ahora no me atrevo ni a mirar por la escalera, sin embargo algo a cambiado últimamente.
He descubierto que si me rió a carcajadas el sonido de la lluvia pasa a segundo plano. Empezaré a reí y trataré de olvidar la lluvia.
Estoy encerrado y la verdad es que busco excusas para no salir.
