domingo, julio 25, 2010

Jpod

JPOD
Douglas Coupland
2006
Editorial El Aleph
525 páginas


Se trata de los siguiente: en lo que respecta a la ropa, estoy harto de que todo el mundo intente ser diferente de todo el mundo. Al final todo el mundo se compra la ropa en las mismas tiendas del mismo centro comercial. Y tampoco soy tan estúpido como para creer que llevar ropa de segunda mano me convierte en rebelde.


Douglas Coupland es mi escritor favorito y cuando publica algo nuevo siempre me obsesiona el tratar conseguir sus libros lo más rápido posible y sinceramente eso es lo complicado porque Coupland por acá no es publicado de forma regular y por ende lo que llega es importado con el consiguiente aumento de precio. Afortunadamente para mi este libro llego en forma de un lindo regalo. 

En esta novela el autor canadiense hace una especie de secuela de Microsiervos (1999), no de personajes, pero sí de estilo. Se repite en grupo de jóvenes algo apestados con sus trabajo en una multinacional, así como el elemento informático. Ahora a diferencia de las historias de los programadores de Microsoft esta vez se concentra en unos programadores de videojuegos y como les cambia su rutina de trabajo la llegada de su nuevo jefe, un tipo que saltó de salvar a Toblerone (si, los chocolates) de la ruina a convertirse en jefe de una división de videojuegos,

La historia es contada desde el punto de vista de Ethan, el encargado de los efectos especiales de los juegos y alguien que se clasifica como una persona cuyo “mayor desafío es tener trabajo y no hacerlo, lo cual resulta difícil de mantener en una empresa donde la productividad del espacio se mide con todos los sistemas métricos posibles.”

El libro oscila entre el trabajo de Ethan, sus extraños colegas y su complicada relación familiar: su padre un jubilado con sueños de estrella de cine (y cuyo talento le alcanza solo para papeles de extra sin diálogo), su madre quien posee un ordenado negocio de cultivo y venta de marihuana manejado al detalle en niveles de THC y generación de clones. Es interesante ver la relación de necesidad de los padres hacia Ethan a quien llaman constantemente para pedirle los más distintos favores, desde ir a cobrar deudas de droga, esconder amantes casuales y enterrar cuerpos entre otros.

Como todo libro de Coupland posee algunos acercamientos hacia el diseño gráfico, profesión inicial del autor, con algunas locuras tipográficas y largos listados numéricos que también se repetían en Microsiervos.

Entretenido libro de Coupland, con secundarios menos terrenales que en sus libros anteriores, pero no fundamental en su bibliografía, que sin embargo aun sorprende por su capacidad para novelar historias de personajes ahogados en conocimientos y en estilos de vidas sumergidos en cultura popular.


publicado en blogger

martes, julio 06, 2010

The Road

The Road
La Carretera.
Dirigida por John Hillcoat.
2009


Pensaba mientras veía The Road que Viggo Mortensen es un tipo serio. Obviamente en una película apocalíptica no hay mucho donde reír, pero recordando anteriores películas de Viggo me costó encontrar alguna donde el tipo sonría largo y tendido. En una historia violenta con suerte una sonrisa nerviosa, en Eastern Promises ni hablar y en las más de diez horas que suma el metraje del Señor de los Anillos solo se ríe cuando ve a los Hobbits mandándose alguna cagada.

En The Road el mundo se acaba de manera poco Hollywoodense, eso quiere decir que no hay escenas de ciudades colapsando por la tragedia de turno, ni tomas panorámicas mostrando como se derrumba la civilización (llámese E.U.A) ya que acá la desolación ya está instalada desde el comienzo del relato y son las edificaciones abandonadas sepultadas en las cenizas de los bosques incendiados (es malo ser un ingeniero forestal después de un cataclismo), los terremotos continuos y la lluvia incesante lo que da el carácter de catástrofe a la historia.

La película funciona como una especie de mochileo apocalíptico de un padre y un hijo a través de la costa este de Estados Unidos en busca del calor del sur, viaje que no está exento de preocupaciones ya que obviamente después de este cataclismo la autoridad es inexistente, no hay comida ni energía (les suena conocido) y la humanidad se ha vuelto caníbal. Durante este viaje es en donde el padre trata de enseñarle a su hijo (nacido post apocalipsis) a sobrevivir, intentando inculcarle de paso los conceptos de bondad y el buen camino mientras lo que queda del mundo se cae a pedazos alrededor de ellos.

Resulta interesante ver como las enseñanzas entregadas por el padre se ven rotas a cada momento cuando la pareja entra en contacto con otras personas, porque seamos sinceros: no es fácil ser buena persona cuando el mundo se esta acabando lentamente. 

Buena actuación de un paranoico Viggo Mortensen en una película basada en un libro de Cormac McCarthy, que cumple como película de ciencia ficción y que como buena adaptación te deja con curiosidad por conocer algo más de la fuente original.

Lo Mejor
Las actuaciones de Viggo Mortensen y de Kodi Smit-McPhee 
El camión a lo Mad Max que aparece.

Lo Peor
Charlize Theron (podría incluso no haber actuado y nadie la hubiese extrañado)




Para Dayanna, que quería leer mi opinión de la película. 
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