lunes, octubre 30, 2006

Número Ganador


Marcela era bonita o quizás el adjetivo correcto sería rica. De ese tipo de mujer que cuando entraba a algún lado acaparaba miradas tanto de hombres babosos como de mujeres envidiosas. y yo como baboso al conocerla me lancé a conquistarla a como diera lugar. Extraño a decir verdad porque, a riesgo de sonar esnob, incluso mis amigos me decían: ¿Lucas, desde cuando te gustan las huecas?. Sí, porque era verdad y odiosamente con Marcela el viejo cliché de rica y tonta se cumplía a la perfección. Sin embargo yo andaba ciego y durante dos meses todo andaba perfecto hasta que pequeños detalles que antes consideraba incluso tiernas cualidades de mi novel polola me empezaron a molestar de manera creciente y una de ellas más que todas juntas.

Porque si bien podía tolerar sus largos monólogos de farándula, lo que no podía soportar era su manía extrema de imaginarse día tras día como la próxima ganadora de la Loteria. Así tal cual, porque ella no nombraba ningún premio en particular sino la Loteria, influenciada directamente por el número que su padre compraba sagradamente semana tras semana. Como dije primeramente lo que antes veía con cierto dejo de ternura ahora lo empezaba a odiar.
La gota que rebalsó el vaso fue un día cuando me invitó a salir a bailar con su grupo de amigos y yo base mi negativa en mi escases de dinero. "Si me hubiese ganado la Lotería ayer, podría haberte invitado yo" fueron sus palabras. Al día siguiente termine con ella aludiendo el típico: "El problema soy yo, no tú" y siendo honesto pocas veces esto ha sido más verdadero. Era yo el que tenía el problema de no poder seguir con alguién que tan poco me podía entregar.

Paso cerca de un año y yo no llegue a tener noticias de Marcela. Hasta que un día me encontre en el bus con Paula, una compañera de universidad de ella. En un princípio la incomodidad se hizo notoria al tratar de obviar a Marcela como tema de conversación, sin embargó cuando menos me lo esperaba ella lanzó un sorpresivo: ¿Y que paso por tu mente cuando supiste que el viejo se había ganado la Lotería?. En blanco, eso había pasado por mi mente o realmente eso pasaba por mi mente. Un gran telón blanco proyectando la palabra Lotería leída repetitivamente por Marcela. Traté de mantener la compostura y le mentí a Paula: "Me alegré por ella, porque fue lo que siempre quizo".

Permanecimos en silencio el resto del viaje hasta cuando se despidió al bajarse y coquetamente me dijo: "Ojalá que la próxima vez que nos veamos yo me haya ganado la Lotería". Le sonreí sin poder creerlo e hice una nota de mental para recordar escribirle un correo a Paula para concretar alguna salida juntos.


Masoquismo creo que le llaman.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si es asi a mi abulita tb le toca ganrse el kino... y hacer todo los k nos ha dicho durante años q hara con el dinero.

quien no se lo ha imaginado.. sobre todo ahora q la loteria reparte 4000 millones de pesos... q hariamos???

vuelve pronto.