domingo, noviembre 04, 2007

Inflexión Musical


Puedo recordar fácilmente una decena de decisiones que han ido moldeando mi vida. Pero esta solo hace un par de días atrás comencé a procesarla.

Tiene que haber sido la Navidad del año 1995 o quizás 1996. Para razones del relato da un poco lo mismo. Lo que si recuerdo es que era 24 de diciembre y ese año había decidido no pedir ningún regalo. Pero a eso del mediodía mis viejos empezaron a impacientarse y a molestarme con que pidiera algo ya que aún había tiempo para ir a comprarlo. Un par de horas después, luego de pensarlo y convencerme me decidí por una guitarra.

Recuerdo haber ido con mi viejo al centro de Concepción y no al Mall a comprarla. Recorrimos todas las tiendas entre compradores terminales y no hubo caso de poder encontrar alguna. Todo agotado, como si ese año los chilenos se hubiesen volcado en masa a convertirse en De Lucias. Algo desilusionado con mi viejo nos sentamos en la plaza mientras yo comía un helado y él tomaba una Fanta ultra helada. Ahí me dijo que fuéramos al Mall, que ahí podrían aún quedar. Recuerdo haberme negado. Le dije que no era importante y que en vez de eso me podría comprar una radio que también me hacía falta. Nos levantamos del banco y fuimos directo a comprar aquella radio que al final se convirtió en mi regalo de navidad de ese año.

Ese fue el momento de mi vida en la cual deje escapar la música de una forma para atraparla de otra. Recuerdo ese momento ahora a mis 25 años cuando recién empiezo a articular unos tímidos acordes tratando de recuperar algo de ese tiempo perdido.


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